Jaider Vega, una autoridad para responder cómo se debe gestionar la innovación en Colombia

El profesor de la Escuela de Negocios ha desarrollado una carrera investigativa por más de 20 años enfocada en entender cómo se genera la innovación en territorios poco intensivos en I+D. La relevancia de sus hallazgos lo posicionan como uno de los científicos más referenciados de Uninorte.

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Jaider Vega Jurado es profesor de la Escuela de Negocios desde 2012.

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29 abr 2022

¿Cuál es el camino para que las empresas colombianas den el paso definitivo a la innovación? Esta es una de las preguntas que Jaider Vega Jurado, profesor e investigador de la Escuela de Negocios, ha buscado responder desde su ejercicio científico. Durante más de dos décadas, Vega se ha enfocado en estudiar la gestión de la innovación en el contexto colombiano, por lo que ha podido entender, de primera mano, que los conceptos que la literatura mundial ha desarrollado en este campo no siempre se aplican a las realidades de nuestras empresas.

Sus hallazgos investigativos han tomado tal relevancia académica, que registra 2608 citaciones en Google Scholar, el buscador especializado en documentos académicos, y 908 en Scopus, una de las bases de datos de referencias bibliográficas más prestigiosas en la literatura científica. Números que lo ubican como uno de los profesore de Uninorte más citados.

Jaider Vega es una autoridad nacional en la comprensión de cómo se da la innovación en el país. “Aquí tenemos debilidades estructurales como territorio, baja inversión en innovación, pero las empresas están innovando. De pronto son innovaciones sin un alto contenido tecnológico, pero sí generan valor agregado. Así que es pertinente analizar cómo, a pesar de las restricciones, las empresas están innovando”, enfatiza.


El artículo más citado del profesor Vega es "The effect of external and internal factors on firms' product innovation", en el que analiza los efectos de factores externos e internos en las empresas españolas sobre la innovación de productos.

Precisamente, en ese aspecto se ha centrado su trabajo investigativo, que llega al punto de controvertir hipótesis que se han promovido como verdad a partir de estudios realizados en el marco de contextos desarrollados, con economías intensivas en I+D. A nivel mundial el avance en estudios de innovación tiene una predominancia en este tipo de contextos, lo que obviamente genera teorías que no aplican a países como el nuestro. De ahí la validez de desarrollar en investigaciones que profundicen en las especificidades del contexto latinoamericano, que es poco intensivo en I+D.

Vega es ingeniero industrial de la Universidad del Atlántico, con doctorado en Proyectos en Ingeniería e Innovación de la Universidad Politécnica de Valencia, España. Desde antes de finalizar el pregrado, en noveno semestre, empezó a investigar, se vinculó a un proyecto que analizaba el ecosistema territorial de ciencia, tecnología e innovación en el Caribe colombiano. “Me vinculé a ese proyecto como asistente de investigación y a partir de ese momento comenzó a surgir en mí el amor por todos los procesos de investigación”, cuenta.

Posteriormente, ganó una convocatoria de joven investigador de Colciencias (hoy Ministerio de Ciencias), que le permitió tener su primera experiencia profesional adscrito a Fundesarrollo, en un proyecto orientado al diseño de una política industrial para la región. De ahí obtendría una beca para estudiar en el Instituto de Gestión de la Innovación y el Conocimiento (Ingenio) de la Universidad Politécnica de Valencia, en donde potencializaría su conocimiento sobre los procesos de innovación que se llevan a cabo en las empresas y en el orden territorial, que ahonda en la consolidación de ecosistemas de innovación en una ciudad, una región o un país.

Durante el tiempo que estuvo haciendo el doctorado, entre 2004 y 2008, se desempeñó como investigador del instituto Ingenio. Su tesis doctoral se centró en las estrategias de innovación de la industria manufacturera española. Un tema que le abrió puertas en el campo de las publicaciones científicas: el resultado fueron cuatro artículos en revistas internacionales de prestigio. Al finalizar el periodo como estudiante, el instituto lo contrató como investigador, lo que fortaleció su perfil científico.

Nueva adaptación académica

Hasta 2012 estuvo en España. Una decisión de carácter familiar, de añoranza del hogar, lo llevó a regresar a Colombia. Corrían los tiempos de los rezagos de la crisis económica de 2009, por lo que él y su esposa coincidieron en que lo mejor era buscar oportunidades en su país, donde sentían que podían brindarle una mejor crianza a su hija.

Al llegar a Barranquilla se vinculó como profesor de la Universidad del Norte en 2012. Como investigador tiempo completo que era, en la universidad tuvo que adaptarse a nuevas dinámicas académicas.

“Al comienzo fue un poco duro, en España yo daba clases en algunos cursos de maestría, pero el 80 % de mi tiempo estaba dedicado fundamentalmente a actividades de investigación. En la universidad la situación es diferente, tenemos un compromiso docente más alto. Fue un golpe, pero me adapté rápidamente. Encontré un clima de trabajo agradable, una institución con muchas posibilidades de desarrollo profesional, me vinculé con algunos investigadores que había conocido antes de irme y comenzamos a mirar posibilidades en materia de investigación bastante interesantes, participar en convocatorias públicas, proyectos. Se fueron abriendo posibilidades interesantes para continuar con esa labor de investigación y yo diría que me acople rápidamente al final”, dice.

Si bien su experticia en gestión de innovación estaba asociada al entendimiento de las empresas españolas, al final encontró más similitudes que diferencias entre ambos países, sobre todo en lo que se refiere a procesos o dinámicas de innovación en contextos de baja capacidad de absorción. Es decir, en descifrar estrategias para promover la innovación en entornos en los que los sectores más representativos de la economía son poco intensitos en investigación y desarrollo, como el turismo o las industrias poco innovadoras.

“Son características que se encuentran en la Comunidad Valenciana, en España, y también en el contexto colombiano. Hay muchas similitudes en cuanto a las dinámicas, a la estrategia de innovación, son contextos en donde el esfuerzo por inversión en investigación y desarrollo todavía es bajo. Hay muchos más factores en común, como, por ejemplo, una estructura industrial que no es muy dinámica en materia de I+D, de empresas que tradicionalmente han estado desconectadas del mundo académico. En ese sentido hay muchas similitudes y eso nos ha permitido desarrollar, incluso, algunos estudios comparativos”, cuenta Vega.


En su trayectoria como investigador ha abordado temas asociados a la capacidad de absorción tecnológica de las empresas; sobre el paradigma de la innovación abierta; la configuración de los equipos directivos de las empresas para determinar cómo las deciciones de la dirección influyen en la innovación; la innovación con orientación social o para la base de la pirámide, entre otros.

Sabe que en Colombia se vienen dando pasos necesarios para crear ambientes de innovación. El más elemental se ve a nivel dialéctico: al interior de las empresas y la política nacional ya se reconoce la innovación como un factor significativo para desarrollar competitividad, lo que no pasaba hace 20 años. “Lo que falta es que las empresas tengan mayor consciencia de que la innovación, como cualquier actividad empresarial, se gestiona. Muchas veces creen que es el resultado de cosas que surgen al azar o momentos de genialidad de un ingeniero que se le ocurre una mejora para el producto, el proceso, etc.”, señala que este tipo de comentarios son muy frecuentes cuando llega a trabajar con empresas.

Su intención como investigador siempre ha sido que el conocimiento que genera tenga divulgación en el entorno local, que llegue a los empresarios para puedan mejorar en sus prácticas gerenciales y la innovación sea un área que potencialice sus productos. Jahir Lombana, profesor de la Escuela de Negocios, quien ha participado en proyectos su lado, destaca que Vega se caracteriza por compartir su experiencia y acoge a aquellos que, aunque sean expertos, puedan generar un sentido de complementariedad a su investigación.

“La dedicación en cada una de las actividades que emprende y lleva con perseverancia hasta su cumplimiento, y la red de contactos que ha cultivado desde su tiempo como estudiante doctoral en España, sin lugar a duda, han aumentado su visibilidad nacional e internacional. Su énfasis en temas de interés general, como lo es la innovación, es de amplia aceptación en los públicos académicos y no académicos”, agrega Lombana.

Su trayectoria se ha catapultado al trabajar en proyectos que tengan gran pertinencia social y económica para los territorios, además de alta relevancia científica. “No investigamos para publicar artículos y aumentar el número de citaciones. Esto es un resultado. El objetivo es abordar un tema relevante, pertinente y aportar al conocimiento”.

Por Jesús Anturi

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