Nace un laboratorio que reinventa el sonido del Caribe desde la investigación-creación

Docentes, estudiantes y egresados del Departamento de Música lanzaron el Laboratorio de Nuevas Sonoridades del Caribe Colombiano, proyecto ganador de la convocatoria Concertación Cultural del Mincultura.

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El profesor Leonardo Donado durante el lanzamiento del Laboratorio.

Por: José Luis Rodríguez R.

07 nov 2025

El Departamento de Música de la Universidad del Norte realizó el lanzamiento del Laboratorio de Nuevas Sonoridades del Caribe Colombiano, un proyecto que busca activar el patrimonio musical de la región a través de procesos de creación colectiva entre maestros tradicionales, músicos profesionales, estudiantes y egresados. 

Dirigido por el docente y creador del proyecto, Leonardo Donado Sarmiento (LD), el laboratorio fue ganador de la convocatoria Concertación Cultural del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, lo que ha permitido financiar tres productos principales: un álbum discográfico, un documental en proceso de edición y un libro derivado de los procesos de creación. Más de 16 estudiantes, 7 músicos tutores y un equipo de producción audiovisual participan en este ejercicio que, para Donado, representa “una constelación de generaciones y saberes del Caribe colombiano”.

El lanzamiento se realizó el miércoles, 5 de noviembre, en Aduana Piano Bar, organización vinculada a Cocina de Inmigrantes, que ha apoyado proyectos que dialogan con la diversidad cultural del Caribe. Durante el evento se mostró cómo surgieron las obras, qué procesos creativos ha vivido el grupo y se presentaron fragmentos del libro y del documental, mientras se interpretaron canciones producto del proceso creativo. 

¿Cuál es el propósito central del laboratorio y cómo surge esta iniciativa?

LD: El Laboratorio de Nuevas Sonoridades del Caribe Colombiano es un espacio de encuentro entre distintas generaciones de músicos del Caribe. Allí confluyen saberes ancestrales, músicos populares, jazzistas, productores y estudiantes de la Universidad del Norte. La idea es crear música inédita partiendo de los ritmos tradicionales del Caribe colombiano, pero dialogando con las estéticas actuales que escuchan los jóvenes. 

Este proyecto surge de una trayectoria previa: en 2022 ganamos la convocatoria interna de creación de la Vicerrectoría de Investigación, Creación e Innovación con el proyecto Asendá Abalenga, inspirado en las tradiciones de San Basilio de Palenque. Luego vino La Flor del Manglar, y decidimos que era el momento de crear un laboratorio donde estudiantes, egresados, profesores y músicos de los territorios pudieran trabajar juntos.

¿Cuál es el rol del Departamento de Música en este proceso?

LD: es fundamental. Con nuestro nuevo director, Camilo Puche, definimos como uno de los objetivos estratégicos consolidar un sello Uninorte Caribe. Este laboratorio encarna esa visión, es un proyecto institucional que reafirma el compromiso del Departamento con la investigación-creación, la identidad regional y la internacionalización de nuestra música. Además, contamos con el apoyo de Bienestar Universitario, el Departamento de Comunicación Social —clave para el documental— y la Vicerrectoría de Investigación, Creación e Innovación en toda la gestión administrativa.


 

¿Quiénes son los tutores y colaboradores que integran actualmente el laboratorio?

LD: tenemos una constelación muy diversa de maestros. Entre ellos, Tomás Teherán Salgado "Batata IV", heredero de una tradición ancestral de tamboreros; Joaquín Pérez Arzuza, de la tradición flautista de millo y gaita; Julio Frías, maestro de percusión del Caribe; Einar Escaf, productor con experiencia en música tradicional y en tropipop; y profesores como Ricardo Ospina, de formación en Jazz Performance en NYU.

También participan egresados destacados como Iván Silguero y Pablo Marriaga, ganadores de concursos nacionales e internacionales de jazz, así como el cantante José David Solano. En total, tenemos 16 estudiantes, 7 tutores profesionales y un equipo audiovisual de 5 integrantes.

El laboratorio ganó la convocatoria de Mincultura. ¿Qué permitió este apoyo?

LD: La convocatoria financió tres productos: un álbum discográfico con ocho canciones inéditas, compuestas entre estudiantes, egresados, profesores y músicos invitados. Un documental, rodado durante tres meses, que registra todo el proceso de creación. Su edición tomará aproximadamente un año o más. Y un libro de investigación-creación, que estamos finalizando y que probablemente se titule El tímpano del Caribe: fragmentos para una poética colectiva de la creación sonora, inspirado en los planteamientos de Jacques Derrida sobre la escucha y la resonancia.


 

¿Ya tienen un título para el álbum?

LD: Estamos en proceso de decisión. Es probable que se llame Encuentro, aunque también barajamos el nombre Esencia Caribe, que corresponde a una de las canciones que cierra el disco. Ambos conceptos dialogan bien con la naturaleza del proyecto.

¿Qué puede esperar la región Caribe de la música creada en el laboratorio?

LD: Van a encontrar una activación del patrimonio ancestral desde nuevas estéticas. Tenemos una variedad enorme: un tema instrumental basado en ritmos del Caribe; una canción comercial compuesta por Sara García y Santiago Ruso que nació como tambora y evolucionó hacia el tropipop; una chalupa que mezcla el Caribe con el jazz; y un vallenato llamado Juglares de mi Tierra, compuesto como homenaje a la tradición acordeonera.

El laboratorio permite que la música del Caribe dialogue con las generaciones jóvenes y con las músicas del mundo. Es una manera de internacionalizar nuestra sonoridad sin perder la raíz.
 

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