Simposio de Biodiversidad convocó a investigadores en torno a la adaptación climática
Expertos en biología, derecho ambiental y ecología reflexionaron en Uninorte sobre los retos y oportunidades que enfrentan los bosques secos tropicales, manglares y especies de la región.

Con el Caribe colombiano como punto de partida para reflexionar sobre la biodiversidad y los efectos del cambio climático, la Universidad del Norte llevó a cabo el XIII Simposio de Biodiversidad Caribe. El encuentro, realizado por la División de Ciencias Básicas el jueves 25 de septiembre en el Salón Alejandro Obregón (13G2), reunió a investigadores nacionales e internacionales en torno a los Ecosistemas del Caribe colombiano: biodiversidad y adaptación climática, generando un espacio de discusión interdisciplinaria entre expertos en biología, ecología, derecho ambiental y gestión de la biodiversidad.
Durante la apertura, la decana de la División de Ciencias Básicas, María Cristina Martínez, resaltó la importancia de este tipo de escenarios para fortalecer la investigación sobre la riqueza natural del Caribe. “Todos los que estamos aquí tenemos un objetivo común: el estudio del patrimonio natural vivo, que en Colombia representa una enorme riqueza, pero también grandes responsabilidades”, afirmó, al tiempo que invitó a los jóvenes investigadores a sumarse a la tarea de conservar los ecosistemas de la región.
El simposio inició con la conferencia del Dr. Andrés Link, de la Universidad de los Andes, titulada Conservación en el paisaje fragmentado de los valles interandinos de Colombia. “Lo que hacemos hoy es un esfuerzo por conservar un paisaje fragmentado, trabajando con ganaderos y comunidades para alinear la economía con la protección de la biodiversidad”, expresó Link durante su intervención, que puso de relieve la necesidad de integrar a distintos sectores en la protección ambiental.

Así mismo, la Dra. Natalia Norden, investigadora del Instituto Humboldt, compartió con los asistentes su análisis sobre la regeneración de los bosques secos tropicales; y la Dra. Catalina González, de la Universidad de los Andes, presentó un enfoque multidisciplinar sobre la relación entre volcanes y biodiversidad.
Miradas disciplinares a nuestros ecosistemas y bosques
Norden destacó en su charla el avance significativo en la investigación sobre el bosque seco tropical en Colombia. "No se sabía qué era el bosque seco y hoy Colombia es uno de los países en América tropical en donde hay más publicaciones sobre el bosque seco", afirmó. Este aumento en la investigación ha tenido un impacto directo en la política pública, impulsando la conservación a través de la generación y difusión de conocimiento. "Entonces fue como que digamos empujando y generando conocimiento que eso ahí va permeando la conservación un poco más", añadió.
Catalina González Arango, docente del departamento de ciencias biológicas de Uniandes, abordó en su conferencia la relación entre la actividad volcánica y la biodiversidad en los Andes. González Arango explicó cómo "una actividad volcánica puede proponer paisajes distintos", influyendo en la distribución y evolución de las especies. Destacó que, a pesar de la presencia de volcanes en la geología colombiana, estos han estado "muy ausentes del discurso biológico", haciendo un llamado a la colaboración interdisciplinaria.
"Es como una invitación a que desde distintas disciplinas los biólogos los estemos pensando en conjunto con otras disciplinas", señaló. La investigadora también mencionó ejemplos concretos de cómo los volcanes pueden "cerrar o construir puentes" para las especies, como en el caso de las palmitas de cera y poblaciones de aves.
En su presentación, González Arango profundizó en las escalas temporales y la memoria presente en los ecosistemas volcánicos. Diferenció entre la "memoria individual", rastros en elementos como madera y plantas, y la "memoria colectiva" contada por los ecosistemas
También presentó un análisis espacial de la relación entre la actividad volcánica y la biodiversidad. Utilizando datos espaciales existentes, como índices de biodiversidad y topografía, su equipo de investigación comparó cuatro volcanes colombianos con diferentes niveles de explosividad y antigüedad de erupciones. "Lo que empezamos a encontrar es que los volcanes muy explosivos hoy en día tienen bosques muy desarrollados y maduros y vegetación más homogénea, mientras que los menos explosivos tienen hoy en día aguas más pequeñas y vegetación más heterogénea", explicó González Arango.
Por su parte, la Dra. Camila Martínez, de la Universidad EAFIT / Smithsonian Tropical Research Institute, habló sobre la evolución del bosque seco neotropical a lo largo del tiempo geológico. Martínez destacó la riqueza del registro fósil en la alta Guajira, con hallazgos de vertebrados y faunas hiperdiversas del Plioceno. "Se encontraron también localidades que llegaban a tener y sostener unas faunas hiperdiversas, como en Toxodontes, y se infiere también entonces con una vegetación más asociada a los bosques humanos", explicó.
La investigación plantea que el cambio a la vegetación moderna hiperseca ocurrió en los últimos tres millones de años, aunque las razones detrás de la sequedad de La Guajira siguen siendo una incógnita. Martínez también resaltó la importancia de interpretar el registro fósil de las maderas para comprender mejor el pasado, explicando cómo el tamaño y la estructura de los vasos en la madera pueden indicar la eficiencia y seguridad en la conducción de agua. "Un vaso, así le llaman estos tubos, que tengan 20 micras de diámetro, va a conducir la misma cantidad de agua que 16 vasos que tienen 10 micras de diámetro", señaló, indicando que especies con vasos grandes son más eficientes en la conducción de agua, mientras que aquellas con vasos pequeños son más seguras en condiciones de sequía.
De la misma manera, el espacio académico abordó temas vinculados a la gobernanza ambiental, la restauración ecológica y la conservación de ecosistemas estratégicos del Caribe. La Dra. Erika Castro, de la Defensoría del Pueblo, expuso los alcances del Acuerdo de Escazú como herramienta de protección de la biodiversidad, mientras que investigadores como Francy Forero, José Mancera, Sven Zea y Hugo Vides ofrecieron perspectivas sobre manglares, esponjas marinas y aviturismo como motores de desarrollo sostenible en la región.
Durante la clausura, los organizadores resaltaron la importancia de estos encuentros como escenarios de diálogo entre la academia, las comunidades, el sector privado y el Estado. “La biodiversidad no es un lujo, es nuestra identidad y nuestro futuro. Protegerla no depende solo de los científicos o de las instituciones, sino de todos nosotros”, fue uno de los mensajes centrales del cierre del evento.
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